Como los tiempos no están para derroches y queriamos disfrutar de un ratito todas juntas para festejar la Navidad, en vez de rascarnos los bolsillos para ir a cenar a un preciosisimo restaurante, decidimos reunirnos (las que pudimos) en nuestro lugar de "evasión" es decir: nuestra clase de manualidades. No tuvo nada que envidiar el sitio pues nos sirvieron los camareros más selectos, nosotras, usamos los platos y cubiertos más bonitos y radiantes: plastico puro, y ademas servimos las viandas con la más refinada de las maneras: "Huy, esto se deshace al cortar.... COGELO CON LAS MANOS Y SE ACABÓ" En fin, estuvimos finisimas. Todo esto amenizado con las anecdotas y penurias que nos han pasado en nuestras vidas y que hicieron que la velada fuera inolvidable y feliz, que para los tiempos que corren está mucho más que perfecto. Gracias a todas por compartir vuestras vidas conmigo. FELICES FIESTAS
Las que valen, valen, Ana. La verdad es que sí que fue divertido. Y sobre todo, barato, jejeje, que no están las cosas para tirar los pocos centimicos que nos sobran. Y la comida estaba de muerteeeeeeeeeeeeee
ResponderEliminarUn beso muy grande porque vales un potosí, so guapa!!!!